Nuestra cultura, nuestra sociedad, promueve y valora el sacrificio por los otros, la entrega a los demás como algo correcto, bueno. Nadie quiere ser tachado de egoísta, de manera que en muchas ocasiones podemos llegar a olvidarnos de nosotros mismos, de nuestras propias necesidades, para poder satisfacer las de los demás y sentirnos así buenos, queridos y aceptados. Es entonces cuando pueden aparecer la ansiedad, depresión...
El egoísmo saludable se encuentra a medio camino entre el egocentrismo y la dependencia emocional, Te proponemos encontrar un equilibrio entre el yo y el nosotros, reconocer y satisfacer las propias necesidades sin herir o ignorar a los demás, y poder vivir de manera libre y sana nuestras relaciones.